Los que creen haber vivido la experiencia de «vida después de la vida» cuentan que al otro lado, una vez atravesado el famoso túnel de luz, su vida se les aparece como en una película que pasa a gran velocidad o como un retablo en el que puede contemplarse en toda su extensión y de un solo vistazo. Todos coinciden en que en esa película o ese retablo no sobresalen los momentos que ellos creían más importantes y definitivos, sino otros aparentemente más anecdóticos y triviales.
Javier Salvago, «Memorias de un antihéroe»